14 March 2011
He llorado muchísimo; hasta el punto en el que honestamente me pregunté si los ojos no se descomponen o se secan o se te llegan a salir.
Lloré hasta que me dolió la cabeza, hasta que tuve que voltear la almohada para no empaparme la cara y hasta que me quedé dormida, exhausta. Volví a llorar cuando con mucho trabajo había logrado abrir los ojos hinchados y tuve la certeza de no verte ya jamás despertar junto a mí. Lloré en la regadera como para refrescarme el llanto y como no logré parar ni para maquillarme, descubrí que ni el mejor rímel contra agua funciona cuando una se ha empeñado tanto en llorar. Y qué bueno… con el trabajo que cuesta.
Hay que tener mucha habilidad para llorar y manejar un auto, por ejemplo; para caminar en tacones por un empedrado cuando alcanzas a ver apenas la mitad del camino con los ojos inundados. Se requiere práctica para escoger verduras, picarlas sin cercenarte un dedo y cocinarlas evitando que al caer las lágrimas sobre el sartén, brinquen demasiado para que no te quemes. Rebané muchas cebollas para confundirme el cerebro y pensar que lloraba por algo más que por tí. Lloré demasiado. Lloré como nunca antes (como espero que nunca después) porque era imposible hacer algo más; sin saber a bien el momento en el que había empezado, si iba a poder terminar algún día o si patéticamente me iba a morir una noche que broncoaspirara todas mis lágrimas y literalmente me ahogara en mi tristeza.
No es que antes no hubiera sufrido por amor, pero con toda verdad, tanto llorar me era desconocido. Estoy tentada a pensar que quizá solito mi cuerpo decidió llorar así para agotar todas las posibilidades, momentos y lugares de hacerlo por tí; para quitarle la novedad, volverlo trivial y cotidiano. Para dejar de sufrir y, eventualmente, para ya no poder volverte a llorar jamás. Tengo que creerlo así porque de otro modo sólo hay cabida a que sea cierta la desolación, el tropiezo constante con la felicidad que no voy a tener y tu recuerdo. Y así no se puede vivir.
19 April 2010
Pedacera
No las traigo puestas todas estas partes de mí, porque son cosas o lugares; quizá sólo existen en otras personas, sólo se ven con la luz de cierta hora del día, o son pensamientos y a veces da flojera cargarlas, así que se quedan ahí, para que me las encuentre luego. Pero no siempre las vuelvo a encontrar. Muchas huyeron de mí o se las llevó alguien; me toma mucho tiempo darme cuenta que ya no las tengo, porque estoy revuelta y no se notan los huecos.
Trato siempre de registrarlas. Me volví maniática. Pero no sirve de nada, sigo perdiendo partes de mí todo el tiempo.
06 June 2009
Dopey
Dopey era el nombre de mi viejo celular que la semana pasada sufrió un ataque y murió. Yo lo amaba. Y muy a pesar de que mi nuevo cel ahora es más bonito y es nuevo y funciona y todo eso, no puedo dejar de extrañarlo y he decidido rendirle un homenaje con fotos tomadas desde él, que por algún motivo nunca llegaron a ser publicadas (muchas las había dado por perdidas cuando mi compu anterior murió, porque al parecer eso es lo que le gusta a mis aparatos; morir, pero han vuelto y merecen su espacio)



Nótese: Mis lentes, mis audífonos para no molestar a mis compañeritos, mi hermosa taza que era como beberme los jugos de Minnie, mi crema para las manos porque el jabón de la oficina es horrendo, mi café y mi sustituto-de-crema-para-café-light y demás, porque no nos daban ni café (todavía no nos dan), y mi vieja compu muerta. Snif. Los viejos tiempos.



10 April 2009
Semana Mayor
Con todo me he divertido mucho, como en mis buenos y casi nada lejanos días universitarios de farra, de los que -cual debe ser- tengo solo imágenes borrosas y registros al azar:

El lavabo más bonito del mundo
Me caga ir a buscar fiestas en granjas lejanas; nunca hay referencias, uno se pierde: "¿Cerca de dónde?" "Cerca de unos árboles y un baldío"...
De repente también hay lugares donde a uno le desaparece la cabeza y le aparece en su lugar un sólo ojo gigante.
Ahora estoy taaaan cansada que de verdad necesito unas vacaciones.
Esperen...
19 March 2009
La ciudad y el absurdo VIII
Y sucede que si uno medio-duerme todo el día, ya a las 11 de la noche no tiene ni poquito sueño y le dá por encontrarse fotitos por ahí en su compu.





- ¡No! ¡Tienes que rentar el EDIFICIO COMPLETO!

20 February 2009
Facebook es para nacos
18 May 2008
C'est Fini
Como no tengo nadie que me recuerde las cosas me las tengo que recordar yo,
pero suelo ignorarme, así que me pongo post-its
Alguien ya diga que tengo demasiados estímulos visuales en mi cuarto
Ésto podría llamarse "Ventana de las ideas" o algo así bien cliché,
pero a mi me funciona porque ahí veo mis proyectos todos los días, y no se me olvidan. Ting!
Vista general de mis ventanas que nunca tuvieron cortinas
Artístico perchero y colección de bolsas
Cama que evidentemente no había sido usada en mucho tiempo
En mi familia siempre me dan jirafas y Comegalletas...
a lo mejor tiene algo que ver con que yo sea alta y adicta a las galletas Oreo
Zapatos
Cosas que tienen que ver con cables
Cosas que tienen que ver con ensuciarte las manos
Pinceles. Ésto sí está ordenado
Óleos
Collares
Aretes
Películas. Ésto también está ordenado.
Y para quien no creía que realmente yo vivo con la mujer mas rosa del mundo...
Obvio que aquí lo que no se ve es que tengo toda la ropa tirada en el piso y mis cuadros también guardados en una esquina por ahí y otras ondas, pero ya hubiera sido evidenciar demasiado mi desorden.
Tan-tan.
16 April 2008
Limpieza de mierda
Quizá eso fué muy ególatra. Y estrictamente cierto. Me fastidia la vida porque aún en medio de todo aquel desorden yo sé perfecto donde está todo, por lo tanto no arreglarlo no es una antihigiénica señal de que mi cuarto se volverá radioactivo, sino que realmente es ahí donde lo necesito. Si acaso será indicador de que tengo demasiadas cosas que hacer como para que me preocupe si mis libros no están acomodados en paralelo perfecto. Pero, alguien hágame el puto favor, ¿En qué mundo libre de chachas infradotadas está mejor ordenado un libro junto a una bolsa de ligas para el pelo, una regla T, una cámara digital y una falda, que junto a ciertas cosas hechas de papel con muchas letritas, que también solemos llamar libros? ¿De verdad la puta chacha lo hace porque cree que así es mejor, o intuyen con un sexto sentido chachil que es lo que más te va a fastidiar la vida de todo lo que se les ocurra mover dentro de una habitación? ¿Qué chingados las gatas no tienen la capacidad mental como para regresar las cosas a su previo lugar después de limpiar? ¿Es tan pinche complicado comprender una indicación como "No me muevas nada del escritorio, déjalo como está, SI, así quiero que se quede"?
En fin, tuve que aguantarme las ganas de gritar y aventar todo, para volver a destruir lo impecablemente impuesto en mi cuarto hasta que mi roomie decidió irse a algún lado, no sé a cual, no me interesa... de cualquier modo yo pronto debo dejar éste departamento, como parte de todos esos rituales que son consecuencia inmediata de que un estudiante deje la universidad. Buscaré mi propio departamento, que sólo probablmente, será un desastre. Pero un desastre que no me fastidiará la vida porque cuando menos no tendré que pagarle a alguien para que venga a joderme el día con brillantes ideas de cómo puede desacomodarse todo de una mejor manera; una manera más limpia (que además, putamadre, mi roomie tiene la manía de comprar de esos limpiadores de piso de putos olores florales, carajo, ¡como los odio!; ¿no podían limpiar con puto Pinol o Fabuloso...?) Un desastre que no compartiré con psicologuitas de cuartos super rosas que todas las mañanas escuchan a Alejandro Sanz como parte de su rutina de belleza, ni con teiboleras pseudouniversitarias rascuachas, conflictivas, pedantes y pendejas.
Just for the record...
- Si, estoy en finales. Finales de carrera, con más proyectos y tareas que nunca en la vida. ¿Estresada? Check. Fastidiada y con dolor de cabeza permanente? Check. ¿De mal genio? CheckCheckCheckCheck
- HijoPródigo al final si apareció, enmedio de mi desorden; y me puse tan feliz que lo perdí de nuevo (larga historia que involucra a una estupidita compañera de clase, una diseñadora gráfica). Y luego lo recuperé de nuevo, sin intenciones de volver a perderlo. Sloppy se ha convertido en últimos días en un despertador, lo que puedo decir con certeza que no es un upgrade para un celular
11 April 2008
Requiescate In Pace
They will be missed
14 March 2008
Pneumática y sensiblera misántropa
Hélos aquí: ¡Pneumus!
Y sí, éste es el post más evidentemente cursi que he escrito, porque resulta que sí soy bien cursi aunque no parezca creíble (los reto a encontrar lo cursi en los posts, si hay, poquito, pero no lo encontrarán); lo que no soy es evidente. Así es pues que BotellaSpecialReservedeBuchanan's, CaguamaIndio27%mas y yo nos despedimos hoy del mundo hasta nuevo aviso. Mientras tanto huiré pronto al Festival Cultural de Zacatecas en lo que cotidianamente llamamos vacaciones, porque soy, oh, tan cultural, y obviamente no porque quiera escaparme de todo y todos ni porque tenga la secreta intención de dejar encerrado aquí mi dispositivo de recuerdos de él.
¡Obvio!
Must see
http://www.pneumusproyecta.com/
www.myspace.com/pneumus
24 December 2007
Todo debería ser 24/7 y servido en el carro
Osh... son las 4 de la mañana, 24 de diciembre, y en lugar de estar soñando como las niñas buenas en los regalos que me van a dar al rato, no, aquí ando como pendeja piense y piense que tengo como tres días de vacaciones, el horario chingadísimo con tanta peda y mucha hambre pero no hay nada en mi alacena, y la roomie no dejó nada que le pudiera escamotear. Y quiero una coca!! Un té arizona!! Unas papas!!! Algo!!!
Tengo muchos ostiones ahumados que sobraron de mi tradicional cena navideña de ayer pero pfff, además de los muchos que nos comimos anoche, también desayuné-comí ostiones hoy.
Ostiones, mejillones y vino
Mi aportación para la cena de ayer. ¿A poco no ruleo?
Ah la foto fue tomada con mi cámara nueva (sonrisa radiante aquí) porque creo que ante mis amenazas, Dios intentó reivindicarse y dijo "Bueno, déjenla que se saque la cámara en la rifa de la cena de navidad con los del trabajo", y voilá, ahora tengo cámara y le saco fotos tontas a la comida que preparo con mi altísima habilidad culinaria.
Y ésto no tiene sentido, así que intentaré dormirme.
Los weyes tambíen deberían ser 24/7... y así ya estaría yo muy dormida y muy descansadita.
En fin, Feliz Navidad, I guess.
Cheers
19 December 2007
La larga historia del golpazo
Hace como unas dos o tres semanas la vecina de arriba por fin cambió su calentador que goteaba incesantemente en nuestro patio, y en vez de agua cayendo nos dejó de regalo un montón de escombros que holgazanamente le dejamos limpiar a la mujer-que-en-lugar-de-limpiar-mueve-todo-de-lugar o como le diría mi mamá, "secretaria doméstica". Error, porque la mujer sólo movio los escombros de lugar; directamente a la coladera. Y se tapó, obvio, sólo que no nos habíamos dado cuenta porque el cuarto de lavado ps es territorio de la mujer-que-en-lugar-de-limpiar-mueve-todo-de-lugar. Yo sé, se oye como que la mujer es mi esclava, pero la neta le pagamos muy bien para que salga con esas mamadas.
En fin, el domingo no tenía nada que hacer y un auto bien mugriento así que llené una cubeta con agua, me colgué unos trapos al hombro y para cuando la cubeta contenía más chapopote que agua todavía me faltaba una mitad de coche por lavar, y ahora tenía también que lavar el trapo.
Tiré el agua, lavé el trapo y se inundó el patio de lavado y dije "Bah, cuando termine de medio lavar vengo y la destapo", y tuve que hacerlo al asqueroso-mode, metiendo la mano en la coladera (previa bolsa de plástico amarrada hasta el antebrazo) para sacar lo que hubiera ahí atascado. Y en el desatasque mis chanclitas bonitas se llenaron de lodo y agua apestosa, así que las lavé también, pero en el lavabo del baño; y después lo normal era dejar el jabón y el cepillo de regreso en el cuarto de lavado.
Eso si no hubiera olvidado que el piso del cuarto de lavado seguía empapado y que yo andaba descalza... aunque fué fácil recordarlo cuando me resbalé y me dí de frente, muy fuerte con un pedazo de pared.
Fué muy feo. Me sofoqué y tuve que arrastrarme hasta el sillón porque pensé que sería bastante patético morir tirada junto a un charco y un jabón, descalza, y me enojé tanto con la pared como probablemente nunca me he enojado con ninguna persona. Estúpida pared. Hmpf. Me quedé aventada en el sillón como 15 minutos hasta que pude recuperar el aliento.
Ahora tengo un moretón gigante y alargado en todo el pecho, como una linda banda ardiente y dolorosa de participante de un concurso de belleza, un pie raspado y una muñeca cortada y moreteada, ah! y una alergia misteriosa que me gané el día anterior por haber comido... who knows, algo a lo que soy alérgica.
Y bueno, Dios sigue acumulando y acumulando en su "Lista de cosas malas que le he hecho a Semigabriella". ¡Me vengaré Dios, me oyes!
Mientras tanto dejaré de lavar el coche por mucho tiempo.
25 May 2007
Presentación de un libro.
Me estuve peleando como dos semanas consecutivas con los weyes de la imprenta porque por azares del destino a mi y a una amiga se nos ocurrió ofrecerme para hacer el diseño editorial y la portada del libro y todo, (como si fueran quesadillas de microondas, uh, tan fácil) y como si no tuviera nada más que hacer. También resultó ser un problema porque no todos mandaron sus cuentos a tiempo bajo el válido pretexto de que estábamos en finales. Me pasé noches enteras paginando y haciendo índices y corrigiendo las faltas de ortografía de lo más estúpidas. Al final el libro quedó. Quedó horrendo, pero pudimos presentarlo en la Ibero, y lo bueno es que sólo fueron pues nuestros papás y maestros y así… además yo llegué tardísimo ese día directo al estrado a leer uno de mis cuentos porque en el trabajo había mil otras cosas que hacer y había salido bien tarde. Después comimos sushi y contrabandeamos el vino tinto más barato que hubo a la escuela, y que no alcanzó ni para marearnos un poquito. Pero bueno, en ese momento todo era hurras y abrazos.
Para esa presentación decidimos que no se iban a imprimir todos los libros porque pues habían quedado feos pero no podíamos llegar a la presentación del libro sin libro. Y los que quedaron en espera se iban a corregir para que quedaran ya bien y todo y para la siguiente presentación, en la Feria del Libro de acá. Mi jefa, que me había visto estresada por semanas completas se apareció en la presentación y los papás que habían faltado y gente que de repente quiso llegar ahí. Llegamos casi todos menos Joaquín, que había sido asignado con la increíblemente difícil tarea de recoger los ejemplares el sábado a mediodía y llevarlos el domingo a la presentación a las cuatro de la tarde.
A las cuatro y cuarto le llamé a Joaquín
- ¿Dónde andas Joaquín?
- En mi casa
Silencio. Yo trato de entender que es lo que le pasa a Joaquín por la cabeza. No lo logro.
- ¿Cómo que en tu casa? ¿Y los libros?
- Pues quedaron de marcarme ayer cuando estuvieran listos y no me marcaron.
- ¿Y no fuiste a ver que pedo?
- Pues no
- ¿Vas a llegar o no a la presentación?
- ¿Qué presentación?
“¡¡¡¿Qué presentación?!!!”
- La presentación del libro. De los libros que tenías que haber recogido ayer y haber traído acá hace quince minutos.
- ¿Cómo crees? No tenía idea
Para éste momento ya se me había terminado de caer el pelo. Mi hermoso cabello ensortijado ya, kaput, dejó de existir de simple estupefacción.
- ¿Cómo que no tenías idea?
- Pues no, nadie me avisó.
Por un momento me pregunto si toda la situación podría ser más absurda. Cuelgo. Resoplo enojada. Y luego pienso que no tengo tiempo para eso, porque ya está toda la gente esperando y ahora necesito encontrar un modo en el que podamos presentar un libro que virtualmente no existe ahí. Luego me dicen que la mamá de Dulce llegó con su ejemplar que se había quedado de la presentación anterior, que presentemos con ese.
Y bueno. Literalmente, presentamos UN libro.
Yo no entiendo cómo es que todo mundo queda encantado con esas cosas, supongo que a cambio del absurdo total las fuerzas superiores me otorgan el don de distorsionar la percepción de las personas. Algo tenía que tener de bueno.
Hoy todavía es día que en la imprenta no tienen listos los ejemplares que fueron a reedición. Osh. Incompetentes. Pero bueno, ahora ya no hay prisa… ya nos humillamos públicamente, ya que.
Acá la portada, para que vean que bonito habría quedado. Snif, snif.

24 March 2007
La novela del absurdo y su absurda pérdida.
Así que con un ahínco, si no desmesurado, bastante apremiante, comencé a escribir una novela.
Las bases del concurso te especifican un mínimo de 80 cuartillas, tamaño carta, doble espacio, arial 10 (o 12, ya no recuerdo bien), firmar con pseudónimo, mandar tus datos o una pequeña autobiografía en un sobre sellado, sólo identificable con el nombre de la novela y el pseudónimo, y un montón de requisitos ridículos que me dispuse a cumplir cabalmente.
Pero sucede, como sucede en la vida, o como me sucede a mí cuando menos, que todo lo absurdo se me junta. Un día miércoles llegué a la escuela y estacioné mi coche sólo para que cuando saliera, ya en la noche y con citas encima me encontrara a un guardia:
- Sssss, señorita, no se va a poder ir.
- ¿Qué? ¿Porqué?
¿Multas en la escuela? ¿Me estacioné mal? ¿Me robaron el coche? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?
- Ps cuando llegó, como unos diez minutos después de que se bajó y caminó a la escuela, yo creo que iría ud. por la explanada o por ahí, le explotó algo a su coche, yo creo que el radiador, salió mucho mucho humo y estuvimos tratando de contactarla con el número de su calcomanía del estacionamiento y todo, pero decía aquí que no tiene ud. clases en la tarde, así que no pudimos localizarla.
¿QUÉ? ¿Qué carajos es el radiador? (Estoy bastante desinformada del funcionamiento interno de un automóvil, realmente sólo me interesa que tenga gasolina, agua en los limpiadores y por inercia en las gasolineras digo "Chécame los niveles, y las llantas a 28" y supongo que en el orden del universo, cuando uno hace eso, todo estará bien)
- Ehm. Si, había venido a trabajar, pero si, no tengo clases en la tarde.
- Si eso supusimos. Pero pues no creo que se vaya a poder ir.
- ¿El coche ya no va a prender?
- Pues si, si va a prender pero si intenta irse probablemente se le desviele cuando esté ahí en el semáforo.
Pu-ta-ma-dre. Intentando descifrar la conexión entre los radiadores, las explosiones, y las desvieladas se me iba a ir la vida así que lo único que se me ocurrió fué preguntar si el coche se podía quedar ahí en la noche y mandar una grúa por él en la mañana.
- Claro que sí, señorita. Aquí de todos modos siempre le cerramos con candado.
Caminé a la parada del camión cargando la lap, la bolsa, los libros, las copias, el cansancio y un letrero de "No se nada de coches y ahora tengo que agarrar el camión" colgado en la frente. Llegué al depa y me derrumbé. Me dormí vestida y mal sentada en un sillón.
Para llegar a clase de 7 de la mañana al día siguiente llamé a un taxitel que, como era de esperarse, jamás apareció, o cuando menos no apareció a la hora que lo había pedido y tampoco llegaré a saber si después, porque salí caminando al boulevard para tomar un taxi ahí. Me tocó un taxista bastante despierto y dicharachero que me comentaba lo cansado que era trabajar como taxista, y que bromeaba con otros taxistas por el radio, saludándose floralmente entre ellos con un "Boyorno princhipesa". Me bajé en la escuela y llegué a clase mucho más tarde de lo usual y al momento de tener que hacer mi presentación descubrí que no tenía conmigo mi USB, fundamental herramienta en la vida de un estudiante global
izado. Pensé que probablemente lo había olvidado en el departamento, porque siempre suelo olvidar todo, aunque inconcientemente creía haberlo metido en la bolsa antes de salir.
Era temporada de exámenes y yo tenía mucho trabajo que hacer, muchos reportes, lecturas y ensayos que terminar para el día siguiente y decidí quedarme a trabajar en la escuela todo el día habiéndo ya arreglado el tema del coche y esperando a que lo regresaran al estacionamiento de la escuela para poder irme. A las 8 de la noche todavía no llegaba, pero me llamaron para decirme que ya estaban a punto.
Mi Chevy regresó, efectivamente, y le habían checado todo; además me habían asegurado que andaría mucho mejor que antes, aunque yo en realidad no lo noté. Me derrumbé de nuevo en un sillón llegando al depa e intenté ver los Simpson un rato antes de quedarme dormida y antes de despertar de un brinco al recordar que no había visto mi USB en todo el día. Como no me había espabilado bien al momento de pararme del sillón me maree y me caí, y prácticamente me destrozé el pie derecho con la mesita de café y entre maldiciones me puse a buscar con una desesperación gigantesca en todas las bolsas de pantalones, resquicios en la chamarra y abajo de la cama y no lo encontré por ningún lado. E hice lo que cualquier persona en sus cabales haría: llorar, berrear, aventar todo y maldecir por triplicado. Y seguir buscando, para nada. Y llorar más.
Como la lap que uso no es mía, sino de mi señor padre, casi todo lo que archivaba lo tenía en mi USB. Música, fotos, todos los trabajos de la escuela. Y la novela. Jamás ví totalmente la necesidad de respaldar tantos archivos, y actuando en consecuencia, no los había respaldado. Jamás le ví totalmente la necesidad maniaca al respaldaje, hasta ese momento.
Faltaba una semana para que se cerrara la convocatoria del concurso y ahora ya no tenía nada. Nada.
Finalmente no es tanto lo que uno pueda o no ganar, cuando se escribe siempre es como tener un pequeño bebé, una creación que uno considera siempre hermosa e invaluable, aunque cuando la encuentra, años después pueda con mucha facilidad decir "¿Qué mierdas estaba yo pensando cuando escribí ésto?".
Le llamé al señor padre, y lloré en el celular, y el se puso triste también porque me había visto muy entusiasmada ya hacía un tiempo con la idea primero de escribir una novela, y con el hecho de escribirla después, habíamos ya tenido largas conversaciones sobre el Quijote, y lo aburrido que podía a veces resultar leer a Nietzsche o a Kundera. Me regaló después un USB que el ya no usaba y que era físicamente igual al mío, y me consoló y me dijo que debería intentar volver a escribir la novela. Lo taché de loco porque no creía que pudiera escribir ya un carajo, mucho menos en una semana. Pero igual escribí, y me presioné sobremanera, dejé de dormir y desarrollé una fuerza extraordinaria en las mandíbulas a base de apretarlas todo el día. Conseguí dolores de cabeza inmunes a las cafiaspirinas y para el siguiente viernes tenía ya escritas unas 70 cuartillas de una novela que no se parecía en nada a la que se había perdido. Apenas logré terminarla, imprimirla, sacar cuatro tantos de copias, inventar un título y un pseudónimo al vapor, rellenar una hoja con algo que ni de lejos es una autobiografía y meterla en un sobre sellado para enviar todo por paquetería a Guanajuato.
Finalmente pude respirar, después de muchos días de estar al borde de arrancarme los pelos como el doctor Rascahuele de Animaniacs.
Los resultados estarán listos hasta mayo, pero la verdad que no creo ganar nada. Nunca he tenido suerte, pierdo hasta en los volados. Pero si la vida fuera un poquito justa, para mayo tendría yo $75,000 y una sonrisa inconmensurable colgándome de la cara.
Nah. Nunca pasará.
13 January 2007
Kapow!
Me cambié apenas de depa, y mi roomie y yo pagamos la luz, el gas, desempacamos y todo eso y al día siguiente seguía sin haber agua caliente o algun modo de calentar la comida. Decidí subir a la azotea a checar la llave del gas que va al tanque, y todo funcionó bien, hasta que al calentador del agua se le ocurrió explotar. Y quemarme un ojo, llevándose de calle las pestañas.
"Quemarme un ojo" suena muy dramático, y es estrictamente cierto pero es también una quemada leve, ahorita ya ni siquiera se ve tanto, pero una quemada en el ojo arde muchísimo, casi tanto como te arde el orgullo al verte en el espejo sin pestañas o la ansiedad de no poder parpadear porque todos los restos de pestaña quemada se enroscan hacia adentro. En fin, le llamé a mi papá y me acompañó con un oftalmólogo para que checara si no tenía quemada la córnea o algo por el estilo, y no, nada grave, nada que no se curara solito.
- De una vez te checo a ver si necesitas lentes
- Bueno
Total, que sí necesitaba lentes, nada muy catastrófico, solo como para leer o estar en la computadora... "Lentes de descanso" les llamó. Me los entregaron antier, así que ahora los traigo puestos todo el tiempo porque aunque ya todo mundo me dijo que no se nota demasiado que no tengo pestañas, que de todos modos eran güeras, yo sé que no tengo pestañas, y camino por la calle tratando de que los demás no lo averiguen.
- Tardan como tres meses en volver a crecer como las tenías. ¿Te las cortaste todas, verdad?
- Si, estaba muy desesperada, no podía parpadear
- Bueno, no te preocupes, volverán a crecer sin problemas.
Hay ahora un calentador nuevo, pero le tengo tanto miedo que me sigo bañanado con agua fría, en invierno.
Gracias, vida... Te anoto una más.
28 September 2006
De cajuelas llenas.
Perdemos tanto sin darnos cuenta de nada.
De repente la vida puede caber en la cajuela de un Chevy. De repente puede dejar de ser como la habíamos conocido siempre, como la habíamos planeado a corto plazo. Un día puedes levantarte y vivir dentro de la nostalgia futura que creíste nunca tener; el día anterior pudiste haber despertado en el piso, apestando a axila y sin poder bañarte. De repente un desayuno en Antares y compras en Bershka se tienen en el transcurso del mismo día y unos cuantos días antes Whoppers de 15 pesos era un lujo. Hace unas semanas tenías lavadora y ahora todo se lava a mano, y tu ropa y tus cosas se veían diferentes, casi tanto como tú mismo te veías diferente porque no te habías tenido que preocupar de tanto, porque siempre hay cosas que se han estado dando gratis y no nos damos cuenta. Y el tiempo no alcanza y el sueño nunca es suficiente, aunque sueñes que puedes volar, o nadar en gelatina tibia.
De repente la vida es pequeña y extraña. Y cansada. De repente todo lo puedes medir con el tamaño de tu cajuela. De repente la vida es finalmente tranquila.