18 November 2008

Guadalajara

- Nos dijeron que depende de cada área la decisión de darles el lunes como asueto; entonces si terminan todos sus pendientes para el viernes, podemos darles el día.

Volteé mentalmente a ver mi lista de pendientes. Tenía como un millón. Los alcancé a matar uno por uno antes de la hora de salida el viernes, y calculé todo para todavía llegar a tomar el tren ligero en Guadalajara antes de las 10 de la noche, pero me fallaron los cálculos y tuve finalmente que tomar un taxi. Estaba cansadísima. Y permanecí cansadísima hasta ayer. Guadalajara es la ciudad más cansada del mundo. He dicho.

En Guadalajara hay:
  1. Fiestas raras con gente haciendo equilibrios en sus cabezas todo el tiempo
  2. Limas con ginebra
  3. Bazares que son como Disneylandia de las cosas retro (pero millones de veces más barato)
  4. Micheladas non-stop durante tres días, hasta que uno casi no puede respirar por tanto líquido en el estómago
  5. Chicos guapos a diestra y siniestra
  6. Tejuinos
  7. Casas increíbles y fiestas con gente usando sombreros de plástico


8. Sección Amarilla con anuncios de jóvenes alcohólicos y drogadictos, por si los necesitas para una fiesta, supongo.

9. Mueblerías de Diosito jr.

10. Agencias de investigaciones (estilo Sherlock Holmes) con nombre de golpe internetesco

11. Cow parade en la pared (se me habían ocurrido muchos juegos de palabras aquí, pero todos eran suficientemente tontos como para no quererlos poner)


Y cansancio. Mucho, mucho, mucho cansancio en un fin de semana más que excelente.

Curso de historia regional de Guanajuato. Sesión 7: El siglo XVIII, la expulsión de los jesuitas y la creación de las intendencias





Pueden darle muchas vueltas y verlo de todos los ángulos y siempre habrá algo... porque soy... chaaaan, chaaaaan, chaaaaaaan... ¡¡LA DIVERSIÓN TOTAL!!


Si ésto es en el trabajo, ahora imaginen mis libretas de la prepa, en la que (modestia aparte) exentaba casi todas las materias.

11 November 2008

Super (sin acento)

Ayer, como todos los lunes (casi) fui al super cual chica independiente que soy. Oh, qué gran sensación de independencia la que se siente cuando uno escatima con su propia comida o cuando puede pensar "Mhh, no, mejor la siguiente quincena..."

Antes de dejar la casa paternal, si acaso me paraba en el super era para hojear revistas y comprar un poco de estupidez a granel, y sabía que siempre habría en el refri algo que picar a medianoche. Ya hace poco más de dos años que ir al super se me convirtió en una obligación y entonces se me presentaban intríncadísimos dilemas como los del Sr. Burns. Escoger las calabacitas o calcular la cantidad de panela con la que podía sobrevivir durante una semana era una verdadera aventura, y como además entonces era pobre y tenía un trabajo horrendo, ps siempre llegaba a la caja y tenía que cancelar un montón de cosas. Triste, triste historia, I know. Pero en todo éste tiempo de autoservicio he acumulado muchas historias; como la vez que me encontré a un ex haciendo las compras con su esposa y sus hijas de 7 y 5 años, (cual marido ejemplar que es, el cabrón), y que en vez de fingir que no me había visto, me presentó como su excompañera de trabajo. O la vez que por andar ahí viendo a un chico guapo me tropecé y tiré un estante.

Uf, podría escribir novelas completas acerca del pasillo de las botanas y de la fila de las carnes frías (...) Bueno no, no podría, pero en algún punto espero que la acumulación rutinaria de experiencias de éste tipo tenga alguna utilidad. De hecho siempre he tenido la ilusión vaga de encontrarme al amor de mi vida en el super, pero siempre que voy todo es rápido, conectado a la música de mis audífonos y dirigido por la lista en mi mano izquierda en la que nunca he apuntado "Encontrar al amor de mi vida" entre la leche light o el jabón para los trastes, entonces ps no, nunca he encontrado al amor de mi vida en el super. Ni creo que lo haga.

En fin, todo ésto va a que me metí ayer en el pasillo de los juguetes, así nomás, sin previo aviso a mi conciencia y descubrí que ya los juegos de mesa en nada se parecen a los que amé y en los que invertía semanas completas durante las vacaciones, porque claro, como buena mocosa ñoña que era ps me gustaban mucho los juegos de mesa y los rompecabezas y todo eso. ¿Qué fué del Risk, Estratego, ajedrez, Parchis, 1000 millas, Boggle y todos esos? Misterio. Pero han sido reemplazados por éstos:

Testigo. Juego para niños emos.


El Jenga para mi ex-roomie la rosa. Se lo voy a comprar de navidad, por los good old times.


El Jenga versión ñera que promueve la faltadeortografíadez y la groseríaincompletez


Juego que de verdad no entiendo como alguien pueda comprar con ese nombre. Tampoco entiendo que hacen ahí Drake y Josh, y en la foto no se ven las caras de tara-dazos de los niños jugando el juego, pero eran muy buenas.
Doctor Fuchistein. Éste como que si me dieron ganitas de tenerlo.



Mañana mismo voy a casa de mis papás a recoger mis viejos juegos de mesa.

03 November 2008

Día de muertos / Salamanca

He descubierto que si trabajara de lunes a domingo mi vida sería una vida mucho más descansada. Los fines de semana me arruinan.

En fin, el viernes fui una bonita y laboral catrina (así de chido es mi trabajo) y me deshice los pies de tanto caminar, la cara de tanto maquillaje, y la espalda de tanto algo-que-no-sé-todavia-qué-es.

Osh, déjenme descansar en paz
Al día siguiente fui a una boda al feo-feo Salamanca. Todo muy padre, muy rica la comida, muy empedador el alcohol y muy triples las camas. En Salamanca hay cosas bien raras:
Tienda para comprarle vestidos a los bisteces, y pantalones a la arrachera


El vocho que es super aficionado del Cruz Azul


También comí muchos alfeñiques y mucho pan de muerto.

Fin.


P.S. Fuck off, Halloween. Día de muertos rulea mucho más.