En español decimos extrañar, como si habláramos de algo que nos es extraño, raro, y no lo alcanzamos a comprender quizá porque está ya lejos y ha cambiado en su forma o en su esencia al punto en el que se volvió extranjero: está fuera del mundo que nos es cotidiano, y se echa de menos o se echa en falta, con una afortunada imagen en la que nos podría alguien aventar en la cara el hueco que falta de un todo. De nuestro todo.
Las traducciones, que nunca son exactas, lo escribirían como miss, en inglés, aunque la palabra más bien describa algo que simplemente se ha perdido. Lo que se falló en percibir y se ignoró; un evento al que no se asistió, el tren que no se pudo tomar, algo que nomás no fué experimentado.
Se habla en portugués de saudade, ni siquiera como un verbo que cualquier persona podría realizar, sino como un ente que hay que sentir porque hasta en su misma calidad gramatical no nos pertenece, está fuera de nosotros y llega en algún momento, en cualquier momento, y conjuga la nostalgia, el anhelo, la añoranza, la esperanza (para las que, evidentemente, en español tenemos palabras específicas que no solemos juntar porque no parece emocional ni semánticamente aceptable).
Los conceptos de las palabras, aunque pudieran traducirse, son muy diferentes en estos idiomas y por lo tanto lo serán las sensaciones que describen y que sentirán las personas que los hablen. Yo no podré mas que extrañar, aunque entienda lo que significa I miss you o sentir saudades; y con ciertas licencias literarias podré extrañar los eventos a los que no asistí, las cosas que no experimenté, los trenes que no pude tomar porque seguramente llegué tarde, todo lo que se ha perdido; y podré hacerlo con esa nostalgia, anhelo y sentimiento raro, feliz y triste, que describen las saudades que por ahí se sienten.
Podría decir que extraño ese guacamole suyo que no probé, que extraño su departamento nuevo en el que no he puesto un pie, que añoro los momentos que justo ahora no estamos pasando juntos y los que ya nunca vamos a tener.
Podría.
Pero las licencias poéticas normalmente no me juegan a favor, así que mejor no decirlo, al fin que en español ni siquiera tiene sentido.
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09 February 2010
15 January 2010
La ciudad y el absurdo XIV
Pero no quiero ir a preguntar. Capaz que esas soluciones no las solucionan ahí y luego ¿como soluciono mi desilusión?
29 December 2009
Caballerosa
Manejando de regreso del trabajo ví a un chico en el acotamiento de una vía rápida. Estaba parado junto a su moto a la que se le había salido una llanta, con una cara de desolación que se alcanzaba a ver sólo de ladito; era un chico lindo, con chinos oscuros en la cabeza y una de esas chamarras que siempre quise tener, pero que nunca me compré porque eran muy-de-hombre.
Pensé detenerme, preguntarle si estaba mas o menos bien (visto que, en definitiva, no estaba todo bien), si lo llevaba a algún lado. Se le haría raro, finalmente no son las mujeres las que suelen hacer ese tipo de cosas, y le podría haber sacado de encima la extrañeza diciendo que no se preocupara, que yo realmente vagaba por las calles en busca de damiselos en aprietos, esperando que algún día encontraría uno lindo como él, que a cambio de la ayuda, pagaría unas rondas de cervezas. Nos reiríamos de toda esa tontería y se daría cuenta de que sólo soy chistosilla, y sólo me aproveché de la situación.
Un modo peliculesco de conocer a alguien. Y como al final todos, aún involuntariamente, hemos visto más comedias románticas de las que cualquier loquero recomendaría, nos quedaríamos enganchados. Nos enganchamos siempre a las historias de novela, de película. Así nos hemos ido condicionando, porque en la realidad no hay malos tan malos, ni amores que trascienden todas las fronteras, ni finales felices porque al final de la vida queda sólo la muerte y tampoco nos entendemos con la muerte en términos de felicidad. Sin nuestra ficción nos queda sólo la vida. Sólo nos quedaría la realidad.
Realidad.
En una vía rápida no puedes frenarte a ayudar extraños. Todo ésto se me ocurrió mientras manejaba sin pausa de ningún tipo, cuando ya estaba varios cientos de metros lejos del chico, al que debo haber visto sólo por tres o cuatro segundos y lo mejor que pude hacer con ese instante de realidad no fué ni siquiera una película.
¿Si vuelvo a pasar ahora mismo, el chico seguirá ahí?
Pensé detenerme, preguntarle si estaba mas o menos bien (visto que, en definitiva, no estaba todo bien), si lo llevaba a algún lado. Se le haría raro, finalmente no son las mujeres las que suelen hacer ese tipo de cosas, y le podría haber sacado de encima la extrañeza diciendo que no se preocupara, que yo realmente vagaba por las calles en busca de damiselos en aprietos, esperando que algún día encontraría uno lindo como él, que a cambio de la ayuda, pagaría unas rondas de cervezas. Nos reiríamos de toda esa tontería y se daría cuenta de que sólo soy chistosilla, y sólo me aproveché de la situación.
Un modo peliculesco de conocer a alguien. Y como al final todos, aún involuntariamente, hemos visto más comedias románticas de las que cualquier loquero recomendaría, nos quedaríamos enganchados. Nos enganchamos siempre a las historias de novela, de película. Así nos hemos ido condicionando, porque en la realidad no hay malos tan malos, ni amores que trascienden todas las fronteras, ni finales felices porque al final de la vida queda sólo la muerte y tampoco nos entendemos con la muerte en términos de felicidad. Sin nuestra ficción nos queda sólo la vida. Sólo nos quedaría la realidad.
Realidad.
En una vía rápida no puedes frenarte a ayudar extraños. Todo ésto se me ocurrió mientras manejaba sin pausa de ningún tipo, cuando ya estaba varios cientos de metros lejos del chico, al que debo haber visto sólo por tres o cuatro segundos y lo mejor que pude hacer con ese instante de realidad no fué ni siquiera una película.
¿Si vuelvo a pasar ahora mismo, el chico seguirá ahí?
22 June 2009
Senectud
Alguna vez me paré un jueves en la tarde en el kiosko del Centro Histórico aquí, a bailar danzón (porque amo el danzón) con un viejito que me pidió que me casara con él, y es que tengo imán.
Tengo imán para los freaks y los viejillos raboverdes...
Recién vino acá un gran viejillo del arte a hablar poco comprensiblemente en público y a cobrar por eso y totalmente me amó, sólo por preguntarle si quería agua mineral o café y por picarle con mi dedito santo a las flechas en la computadora para cambiar las diapositivas de su presentación. Así de absolutamente arrolladora soy.
Me regaló tres de sus libros y me los dedicó todos (uno, de hecho, me lo dedicó doblemente), me invitó un café. Me hizo ir a la Feria del Libro a que me chutara de nuevo sus palabras incomprensibles a cambio de una firma en unos papeles que tenía que entregar y todavía fue y compró uno de sus propios libros ahí, para regalármelo. Cosita.
Yo mientras tanto, bloqueaba todo lo que sucedía, buscando caritas en los accesorios cromados, adentro de un baño.
Meh
El gran problema de los rucos raboverdes es que, pues qué quieren, dan mucho asco. El gran problema de los libros que los rucos raboverdes te regalan es que leerlos hace que te des asco tú mismo. Es un problema mucho mayor si los libros de hecho son buenos.
Bonus que nomásnahquever: El cactus más triste del mundo
Tengo imán para los freaks y los viejillos raboverdes...
Recién vino acá un gran viejillo del arte a hablar poco comprensiblemente en público y a cobrar por eso y totalmente me amó, sólo por preguntarle si quería agua mineral o café y por picarle con mi dedito santo a las flechas en la computadora para cambiar las diapositivas de su presentación. Así de absolutamente arrolladora soy.
Me regaló tres de sus libros y me los dedicó todos (uno, de hecho, me lo dedicó doblemente), me invitó un café. Me hizo ir a la Feria del Libro a que me chutara de nuevo sus palabras incomprensibles a cambio de una firma en unos papeles que tenía que entregar y todavía fue y compró uno de sus propios libros ahí, para regalármelo. Cosita.
Yo mientras tanto, bloqueaba todo lo que sucedía, buscando caritas en los accesorios cromados, adentro de un baño.

El gran problema de los rucos raboverdes es que, pues qué quieren, dan mucho asco. El gran problema de los libros que los rucos raboverdes te regalan es que leerlos hace que te des asco tú mismo. Es un problema mucho mayor si los libros de hecho son buenos.
Bonus que nomásnahquever: El cactus más triste del mundo

13 May 2009
DF II
Título alternativo: "Había olvidado cuánto odio el DF"
Hace mucho tiempo que mis visitas al DF eran todo restaurantitos de Polanco y bares de la Condesa, y en aquella época me agradaba pensar en un par de días de visita allá. Después cambian las cosas y tal; y ahora yo tengo intentos de vacaciones suicidas a la primera provocación de más de un día libre de trabajo consecutivo, así que me fuí al DF. A sufrir, básicamente, que no creo que se pueda hacer otra cosa allá, y es que de verdad todo es tan feo, que no entiendo como logra tanta gente vivir ahí. Además no han mejorado ni poquito desde la última vez que fuí: la ciudad sigue siendo mayormente horrenda y sucia, el cielo sigue siendo super gris y con toda la densidad poblacional que tienen, la taza de hombres guapos es una burla. Entre tanta gente tendría que haber miles de guapos. ¿Dónde están? Nunca los ví. El metro sigue siendo una pesadilla móvil y el tiempo que te tardas en llegar a cualquier lado es absurdamente mayor al que estás en el lado al que tenías que llegar.
Ésta vez además fuí a comer caldo de gallina a la UNAM y fué lo único que me gustó de la UNAM. Y luego decidimos que la mejor idea de como pasar el día era pedir instrucciones a los chilangos para que nos hicieran llegar siempre a lugares a los que no queríamos/necesitábamos llegar. Yo quería comprar un regalo de prestigio, ya saben, para que no cupiera duda de que había estado en el DF y encontré el mejor lugar (yo solita, sin indicaciones engañosas de ningún chilango)

Luego pensé que quizá los regalos no me cabían en la maleta, y también dí con el lugar ideal. Ah, éstos chilangos de verdad lo preveén todo. Hasta los nada chistosos juegos de palabras.




En uno de los muchos trayectos, una de mis mejores amigas (bien leonesa pero que no quiere aceptarlo porque ahora vive en Guadalajara y dice que ama el DF) y yo discutíamos acerca de lo horrendo que es el DF y su argumento era que el DF tenía "algo" que no tenían otras ciudades. Y le doy toda la razón. Hay algo ahí que no hay en otras ciudades... y en todas las otras ciudades, del mundo y no sólo de México, hay siempre algo que no hay en el DF. Que la capital del país tenga tanta gente y por ende mucha más oferta de "cosas que hacer" no significa en lo más mínimo que sea un hermoso lugar. Significará simplemente que es un lugar con más cosas que hacer, pero siempre menos tiempo de hacerlas. Me caga por eso que se me piense como pueblerina, simplemente porque no acepto que vivir en las condiciones horribles en las que se vive ahí, sea un estándar chido.
Y ya.
Bueno, independiente a mi ira contra la capital, la gente que he conocido es chida (dejando de lado lo chilango). Podría argumentar que por la densidad poblacional, claro que tendría que toparme con alguien chido... pero no lo haré. Lo es y ya.
Dejo, para cerrar, una bonita imagen; porque yo soy así de bonita persona.

10 April 2009
Semana Mayor
Me estoy honestamente pudriendo en envidia de saber que todos tuvieron vacaciones en el mundo menos yo. Y odio a los vacacionadores por el simple hecho de que yo no soy una. Hasta consideré con seriedad volverme completamente religiosa para decir en el trabajo que ¡CómoVoyACreerQuéTengaQueTrabajarEnViernesSanto! pero ese plan tendría que haberlo pensado hace meses para ir soltando esporádicos comentarios como "Si, el domingo que andaba en misa..." o algo por el estilo. Osh. Estoy tan enojada con el mundo que no puedo ni verbalizar adecuadamente todo mi odio.
Con todo me he divertido mucho, como en mis buenos y casi nada lejanos días universitarios de farra, de los que -cual debe ser- tengo solo imágenes borrosas y registros al azar:
Y como todo-mundo está de vacaciones, pues he tenido que mantenerme saliendo con mis amigos vacacionadores que también merecen un poco de mi odio, y levantándome todas las mañanas siguientes a trabajar, mientras que ellos se dedican a dormir como buenos cristianos.
Con todo me he divertido mucho, como en mis buenos y casi nada lejanos días universitarios de farra, de los que -cual debe ser- tengo solo imágenes borrosas y registros al azar:

El lavabo más bonito del mundo
Me caga ir a buscar fiestas en granjas lejanas; nunca hay referencias, uno se pierde: "¿Cerca de dónde?" "Cerca de unos árboles y un baldío"...
De repente también hay lugares donde a uno le desaparece la cabeza y le aparece en su lugar un sólo ojo gigante.
Ahora estoy taaaan cansada que de verdad necesito unas vacaciones.
Esperen...
28 March 2009
Con el apagón, qué cosas suceden...
Hoy es esa onda de que hay que apagar todos nuestras luces durante una hora para pelear contra el calentamiento global, y blargh, me da una flojera tremenda toda la gente que intenta salvar al mundo.
El mundo es horrible y se terminará algún día ¿Qué más dá si desconecto o no mi refrigerador?La verdad que siento penita por los amantes del mundo, que intentan que éste sea un mejor lugar, me da penita que exista gente tan naive y tan llena de buenas intenciones, y me dá muchamuchamucha más penita que me regañen por no querer salvar yo también al mundo.
En fin, si les interesa, creo que es a las 8 esa ondita. Yo, but of course, me seguiré quejando del calor y de que mi piel es muy blanca para soportar los rayos UV
El mundo es horrible y se terminará algún día ¿Qué más dá si desconecto o no mi refrigerador?La verdad que siento penita por los amantes del mundo, que intentan que éste sea un mejor lugar, me da penita que exista gente tan naive y tan llena de buenas intenciones, y me dá muchamuchamucha más penita que me regañen por no querer salvar yo también al mundo.
En fin, si les interesa, creo que es a las 8 esa ondita. Yo, but of course, me seguiré quejando del calor y de que mi piel es muy blanca para soportar los rayos UV
27 March 2009
Ay, cositaaaaaas
¿Qué pedo con ésto?
Creo que me invitaron tan secretamente a participar en Recolectivo que ni siquiera escribí nada y bueno, ahí están los resultados escritos feamente por alguien que ciertamente no soy yo.
Ahora me siento....
No, no siento nada.
Sólo tengo algo que decir:
¿Y mis 50,000 pesos qué? ¿On tan?
Creo que me invitaron tan secretamente a participar en Recolectivo que ni siquiera escribí nada y bueno, ahí están los resultados escritos feamente por alguien que ciertamente no soy yo.
Ahora me siento....
No, no siento nada.
Sólo tengo algo que decir:
¿Y mis 50,000 pesos qué? ¿On tan?
20 February 2009
Facebook es para nacos
11 November 2008
Super (sin acento)
Ayer, como todos los lunes (casi) fui al super cual chica independiente que soy. Oh, qué gran sensación de independencia la que se siente cuando uno escatima con su propia comida o cuando puede pensar "Mhh, no, mejor la siguiente quincena..."
Antes de dejar la casa paternal, si acaso me paraba en el super era para hojear revistas y comprar un poco de estupidez a granel, y sabía que siempre habría en el refri algo que picar a medianoche. Ya hace poco más de dos años que ir al super se me convirtió en una obligación y entonces se me presentaban intríncadísimos dilemas como los del Sr. Burns. Escoger las calabacitas o calcular la cantidad de panela con la que podía sobrevivir durante una semana era una verdadera aventura, y como además entonces era pobre y tenía un trabajo horrendo, ps siempre llegaba a la caja y tenía que cancelar un montón de cosas. Triste, triste historia, I know. Pero en todo éste tiempo de autoservicio he acumulado muchas historias; como la vez que me encontré a un ex haciendo las compras con su esposa y sus hijas de 7 y 5 años, (cual marido ejemplar que es, el cabrón), y que en vez de fingir que no me había visto, me presentó como su excompañera de trabajo. O la vez que por andar ahí viendo a un chico guapo me tropecé y tiré un estante.
Uf, podría escribir novelas completas acerca del pasillo de las botanas y de la fila de las carnes frías (...) Bueno no, no podría, pero en algún punto espero que la acumulación rutinaria de experiencias de éste tipo tenga alguna utilidad. De hecho siempre he tenido la ilusión vaga de encontrarme al amor de mi vida en el super, pero siempre que voy todo es rápido, conectado a la música de mis audífonos y dirigido por la lista en mi mano izquierda en la que nunca he apuntado "Encontrar al amor de mi vida" entre la leche light o el jabón para los trastes, entonces ps no, nunca he encontrado al amor de mi vida en el super. Ni creo que lo haga.
En fin, todo ésto va a que me metí ayer en el pasillo de los juguetes, así nomás, sin previo aviso a mi conciencia y descubrí que ya los juegos de mesa en nada se parecen a los que amé y en los que invertía semanas completas durante las vacaciones, porque claro, como buena mocosa ñoña que era ps me gustaban mucho los juegos de mesa y los rompecabezas y todo eso. ¿Qué fué del Risk, Estratego, ajedrez, Parchis, 1000 millas, Boggle y todos esos? Misterio. Pero han sido reemplazados por éstos:
El Jenga versión ñera que promueve la faltadeortografíadez y la groseríaincompletez
Juego que de verdad no entiendo como alguien pueda comprar con ese nombre. Tampoco entiendo que hacen ahí Drake y Josh, y en la foto no se ven las caras de tara-dazos de los niños jugando el juego, pero eran muy buenas.
Antes de dejar la casa paternal, si acaso me paraba en el super era para hojear revistas y comprar un poco de estupidez a granel, y sabía que siempre habría en el refri algo que picar a medianoche. Ya hace poco más de dos años que ir al super se me convirtió en una obligación y entonces se me presentaban intríncadísimos dilemas como los del Sr. Burns. Escoger las calabacitas o calcular la cantidad de panela con la que podía sobrevivir durante una semana era una verdadera aventura, y como además entonces era pobre y tenía un trabajo horrendo, ps siempre llegaba a la caja y tenía que cancelar un montón de cosas. Triste, triste historia, I know. Pero en todo éste tiempo de autoservicio he acumulado muchas historias; como la vez que me encontré a un ex haciendo las compras con su esposa y sus hijas de 7 y 5 años, (cual marido ejemplar que es, el cabrón), y que en vez de fingir que no me había visto, me presentó como su excompañera de trabajo. O la vez que por andar ahí viendo a un chico guapo me tropecé y tiré un estante.
Uf, podría escribir novelas completas acerca del pasillo de las botanas y de la fila de las carnes frías (...) Bueno no, no podría, pero en algún punto espero que la acumulación rutinaria de experiencias de éste tipo tenga alguna utilidad. De hecho siempre he tenido la ilusión vaga de encontrarme al amor de mi vida en el super, pero siempre que voy todo es rápido, conectado a la música de mis audífonos y dirigido por la lista en mi mano izquierda en la que nunca he apuntado "Encontrar al amor de mi vida" entre la leche light o el jabón para los trastes, entonces ps no, nunca he encontrado al amor de mi vida en el super. Ni creo que lo haga.
En fin, todo ésto va a que me metí ayer en el pasillo de los juguetes, así nomás, sin previo aviso a mi conciencia y descubrí que ya los juegos de mesa en nada se parecen a los que amé y en los que invertía semanas completas durante las vacaciones, porque claro, como buena mocosa ñoña que era ps me gustaban mucho los juegos de mesa y los rompecabezas y todo eso. ¿Qué fué del Risk, Estratego, ajedrez, Parchis, 1000 millas, Boggle y todos esos? Misterio. Pero han sido reemplazados por éstos:


Doctor Fuchistein. Éste como que si me dieron ganitas de tenerlo.
Mañana mismo voy a casa de mis papás a recoger mis viejos juegos de mesa.
10 October 2008
Osh, me choca...
cuando alguien ya hace mucho que escribió exactamente lo que tú querías decir, pero mejor que tú. O bueno, no, de hecho no me choca tanto, me dá como gustito. Supongo que es una común y corriente envidia literaria.
en la carpeta
Tomé mi amor que asombraba a los astros
y le dije: señor amor,
usted crece de tarde, noche y día,
de costado, hacia abajo, entre las cejas,
sus ruidos no me dejan dormir perdí todo apetito
y ella ni los saluda, es inútil, inútil.
De modo que tomé mi amor,
le corté un brazo, un pie, sus adminículos,
hice un mazo de naipes
y ante la palidez de los planetas
me lo jugué una noche plenamente,
mientras mi corazón silbaba, el distraído.
- Juan Gelman -
Bueno, ¿qué?, a veces todavía -muy a pesar de mí- me sigo despertando llena de absurdísimas saudades
en la carpeta
Tomé mi amor que asombraba a los astros
y le dije: señor amor,
usted crece de tarde, noche y día,
de costado, hacia abajo, entre las cejas,
sus ruidos no me dejan dormir perdí todo apetito
y ella ni los saluda, es inútil, inútil.
De modo que tomé mi amor,
le corté un brazo, un pie, sus adminículos,
hice un mazo de naipes
y ante la palidez de los planetas
me lo jugué una noche plenamente,
mientras mi corazón silbaba, el distraído.
- Juan Gelman -
Bueno, ¿qué?, a veces todavía -muy a pesar de mí- me sigo despertando llena de absurdísimas saudades
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