23 July 2008

Omaigot!

Yo estaba en la oficina, tralala, y trabajaba y trabajaba a un ritmo vertiginoso con miles de archivos al mismo tiempo, tactactactactacktactack, clickclickclickclicclickclic (con esas Cs y Ks, porque no todo mi trabajo es tan uniforme siempre) mientras la musiquita de mi computadora, tiruriru tututu tururu, avanzaba y avanzaba conforme avanza el día oficinesco y llegó el momento de alguna canción que no quería escuchar y al cambiarla, me dí cuenta que se había conectado a mi iTunes la carpeta Limewire de un jefe. Y yo pues tintintin me puse a curiosear a ver qué música le gustaba, aunque un poco me esperaba lo que encontré... de música (pausa de suspenso).



Lo que no me esperaba encontrar eran videos porno gay. ChaanChaannnChaaaaaaaaaaánnnnn!



Snif. Y a mí que ese jefe se me hacía tan guapo. Snif. Snif. Snif

----------------------------------------------------------------------

UPDATE: Aparentemente mi blog tiene vida propia y no linkea a la foto en grande (aunque yo creí que ya había resuelto esas ondas), así que se quedarán sin saber el título de los videos porno gays. Fin.

Sinceridad

Muero de ganas de destruirle su mundito que espero sea perfecto, sólo para regocijarme en su dolor, después de haberme únicamente tenido que revolcar en el mío.

Quiero que llore todo lo que yo decidí que ya no lloraría por él, porque logré convencerme a mi misma que no valía la pena; aunque me hubiera hecho mucho bien. Quiero que su talento le arme una rebelión de proporciones mentales épicas o que despierte un día con una lobotomía frontal y que sea absolutamente feliz, como siempre he creído que sólo los inmaculados imbéciles lo son. Quiero que su vida se desmorone y cambie tanto, y tan paulatinamente, que le sea imposible notarlo hasta que no quede de él nada más que sus propios rastrojos inservibles, que anhelo diariamente poder pisotear. Que su estómago arda en una amargura que lo pudra por dentro y que el halo de la putrefacción le seque los ojos y el alma.

Podría ver, pasmada, radiante de felicidad, que su mente elaborara las mismas intrincadas jugarretas que la mía se entretiene elucubrando. Las que no me dejan dormir; las que se pegan a mi almohada como las mañanas de domingo negro en las que el vaho de mi desprecio llegó a arrastrarme hasta su orilla y que la resaca del tiempo agigantó, sin que él se preocupara por notarlo mientras chapoteaba alegre con sus pies mi ahogo.

Ojalá que a su vida, a su piel, se adhieran todos los peores pensamientos de los que me he nutrido hasta ahora –y los que pienso aún albergar, porque queda mucho espacio en éste rencor mío- formando una pesadísima cauda que le impida caminar en su propia existencia, porque es el único modo en el que me parece lícito permitirle vivir dentro de mí.

Y que finalmente quede atónito ante la certeza de que todo esto me es válido, simplemente porque le quise más allá de las medidas de mi propio odio. Porque no se permite a nadie la ingenuidad de creer que el amor no tendrá consecuencias…






…porque aún si todo esto te pasara, corazón,
tienes en deuda toneladas de cariño despilfarrado,
que se perdieron sin entrar jamás en el convertidor de la revancha.

Y porque te seguiré queriendo,
inconmensurablemente,
sólo para ver que algún día sufras más que yo.

14 July 2008

Guanajuato / Las bambalinas de Dios

Acá se dice que el mejor lugar turístico de León es Guanajuato (meaning Guanajuato la ciudad capital, obvio, no el estado), y bueno, es cierto, porque León está bien pinche feo, con sus avenidas que se inundan al menor indicio de llovizna y miles de baches y millonesmillonesmillones de topes, su gente mocha y/o doblemoralista y demás maravillas en las que no puedo ahondar ahora porque no me cabría el post en los dedos pero lo lindo es que uno puede irse a Guanajuato cuando quiera, que al cabo está como a media hora y comprar cigarros sueltos en el Jardin de la Unión y ver a los montones de extranjeros hippilondios que se sienten soñados en ciudades tan tradiciounales donde hasta los mimos callejeros prácticamente les besan las patas turísticamente enchancladas y mugrientas. O ¿porqué no? ir a la iglesia, colarse a la sacristía, recibir unas bendiciones extrañas que cuando menos me aseguran que no tengo el diablo adentro, (chaz, y yo que pensaba que sí, demonios) dejar que te embarren aceite en la cara en contra de todos tus principios astringentes y antibacteriales, y totalmente también en contra del impulso primitivo que dicta que eso es chistoso y pues que hay que reírse. Y tomar unas cuantas fotos del traspatio divino.
Éste es el San Charbel malévolo con el que nos tuvimos que dormir una vez que no relaté tal cual aquí, pero que mencioné aquí

Ésto es lo que ven los padrecitos cuando se cambian de ropa en sus vestidores de Dios, o Sacristía


Paso de gato de las bambalinas de Dios


Tras bambalinas (de Dios) se esconden los Santos que no dan buena imagen a la Iglesia, aunque me parece discriminatorio, porque sólo son estatuas con capacidades diferentes


Clóset de Dios

Nota del autor: me gusta decir "de Dios", so what?

11 July 2008

De triunfos y otros amontonaderos

Título alternativo y amargoso: “Odio las mudanzas”
Título alternativo 2 y no amargoso: “Jornadas inaugurales”

Recién me cambié de departamento y a más de una semana del espantoso trajín de las mudanzas –empacaempacaempaca,cargacargacarga,desempacadesempacadesempaca- creo que un poco estoy volviendo a tomar forma dentro del espacio que termina delimitando a las personas. Porque yo si creo que quien eres depende mucho de con quién vives, evidentemente, pero también de lo que ves en las mañanas cuando recién abres los ojos, o de la cantidad y dirección de la luz que entra por las ventanas, o de los ruidos de afuera y la calidad de los vecinos, además de que en general los espacios los ocupan objetos que pueden un poco ser extensiones de uno mismo –quizá, y sólo quizá sea por eso que llegué a chutarme muchos episodios de Roomraiders, en MTV. Y bueno, en éstos términos, digamos que mmmm yo no tengo muchas extensiones que ocupen el espacio ahora. Y no tengo tampoco televisión, ni teléfono, ni microondas, ni refrigerador por lo que mi nutritiva dieta a base de quesadillas light (de tortilla integral y panela, hechas en microondas, por aquello de que nunca hay tiempo para nada) se fue al carajo y ha sido sustituida por una dieta a base de sopa instantánea –de agüita hervida, obvio, que no de microondas- y bebidas calientes de todas las naturalezas, incluyendo mi amada coca light. Snif. De hecho consideré seriamente convertirme en anoréxica temporal, hasta que tuviera un refri decente y pudiera cocinar comida decente y enfriar decentemente mi amada coca light pero eso es algo que mi cuerpo rehusó hacer, especialmente en las mañanas resacosas en las que de lo único que me dan ganas es de comida muy grasienta con litros de salsa. Como tampoco hay internet estoy peor que un drogadicto con síndrome de abstinencia, y me tengo que esperar hasta llegar a la oficina para hacer cualquier onda internetosa. Y sin distracciones, con un carajo, se me ocurren un montón de cosas que debería postear, buscar, bajar, confirmar o checar, así que mejor he decidido pasar a visitar amigos, que luego siempre te ofrecen algo de comer que no esté al tiempo, sino caliente o frío, como deba de estar, y que en una de esas hasta tienen Sky y hasta puede que te toque ver el programa que te gusta. Ah y claro, también porque es un gustazo verlos.

Cambiarse de depa implica que un montón de cosas deben hacerse por primera vez ahí. Primer cigarro, primera peda, primer invitado oficial, primera bañada con agua fría porque no hay gas, primera cogida, faje o besuqueo, primera noche de insomnio, primer golpazo en pie descalzo porque aún no te acostumbras a la distribución del espacio, primer clavo o foco puesto, primera cucaracha pisoteada y un montón de cosas que ahora no menciono, probablemente porque no hayan aún pasado, y porque además todo éste conteo de las primicias solamente es oficial e importante para la persona que las va anotando en la lista de las cosas que ya pasaron por primera vez, y que no sirve absolutamente para nada, pero que igual se hace un poco inconcientemente.

Y bueno, se me ocurrió que si voy a necesitar muebles, igual valdría la pena ir yendo a ver como qué se me antoja, para luego descartarlo y pensar en lo que puedo pagar; y se me ocurrió que podía pasar por galerías El Triunfo, muy a pesar de mi prejuicio de entrar en establecimientos que tengan una nave espacial tamaño real (una chiquita, pero tamaño real) como saludo de bienvenida, en la entrada. Digo, a lo mejor estaba divertido. Lo bueno fue que cuando llegué ya no estaba la nave espacial en la entrada, probablemente se la vendieron a alguien con pésimo gusto. Whatever. Lo que sí es que galerías El Triunfo resultó ser el paraíso de las-miles-de-cosas-que-jamás-necesitarás-pero-que-igual-estaría- chidillo-tener. Y el infierno de las mujeres con bolsas gigantes en las que cabe hasta la lap, además de todo lo que se debe cargar en la bolsa, en el que, por cierto y sólo para hacer la mención, me incluyo. Amo las bolsas gigantes. Pero no resultan del todo prácticas si se tiene que pasar por minipasillos llenos de cosas que se rompen, pero como ya había entrado ahí, dije “pues bueno” y me abracé a mi bolsona para adentrarme en el mundo de los montones de mamadas y cosas padriuris que es galerías El Triunfo, y que aún no he terminado de decidir si me gustó o lo odié, porque hay ahí lo que no alcanza uno a imaginarse, por entrañable o por vomitivo o simplemente por inverosímil.


Aparentemente los budas en su versión "no-me-sobes-la-panza" son lo de hoy, había pasillos completos


Esculturas gordas y carísimas que patean bolas plateadas. Yo salgo ahí en la bola, asustada, pero no se ve tanto mi susto

Jirafa plastificada gigante que intentó huir de la tienda

Como aquí no hubo Cow Parade, los de Galerías el Triunfo nos lo dieron. También creo que era para recordarnos que León es un ranchote.


Ésto es un techo. Todo está tan aperrado ahí que cuelgan sillas y mesas del techo, y esperan que alcances a leer los precios. Pff.

Más budas y yo abrazadísima a mi bolsa gigante

¿Antojo de un vaso cánope? Por Osiris, que te lo venden aquí.

Siempre me pregunté donde compraban los narcos sus santas muertes incrustadas de plásticos brillantes...


Y también siempre me dieron muchas ganas de encuerarme detrás de Charlie Chaplin

Cebra de plástico real size, de casi 50 mil varos, como a 32, creo


Marilyn Monroe nos dice adiós desde el aparador