15 July 2011

Guadalajara

Hacía ya meses que decidí no publicar nada, aunque sigo escribiendo mucho. He hecho ya, además, anotaciones de viajes suficientes como para no querer reciclarme en lo que pienso cuando estoy de viaje, las razones por las que se decide hacerlo o las personas a las que se conoce o se regresa.

Anoté esto en una de las muchas hojas que he llenado últimamente; al final de una libretita:

"Cuando se narra, se narra casi siempre el pasado o desde él. es aventurado y muchas veces inútil narrar el futuro y es sumamente peligroso narrar el presente. Es demasiada exposición, demasiado tangible, demasiado Presente.
Durante mucho tiempo leí (narro esto en pasado) a los autores que lo exponían todo, a los que embarraban las entrañas entre línea y línea del libro y que con el velo desgarrado dejaban ver tal cual, o así lo entendía yo, quiénes eran y porqué escribían así; probablemente por que ya entonces tenía certeza de no querer o poder hacer lo mismo conmigo.
Últimamente leo a los que prefieren observar las sutilezas de lo cotidiano, las miraditas, los cambios casi imperceptibles de una relación, los tropiezos constantes de la humanidad que por frecuentes pasan inadvertidos casi siempre. Me volví muy celosa de mis propias palabras no por juzgarlas buenas o malas ni por atesorarlas, sino por un afán egoísta y obsesivo de registrarlo TODO y por encontrarme ahí tan convencida de que este mundo de anotaciones sistemáticas no interesa a nadie más que a mí.
Así voy llenando libretas como ésta, queme horrorizaría que llegara a ser leída por todo mundo; libretitas que cargo conmigo a todos lados y para las que inventé un propio método críptico de fechados, periodicidad y orden de colores, previendo que de llegar a manos de alguien más, no pudiera ser descifrada.

O es sólo que a mis 24 me estoy llenando de las manías de un viejo ideático"


Dicho todo esto; aquí mis fotos de Guadalajara.











14 March 2011

Disclaimer: Post con alto nivel de patetismo

He llorado muchísimo; hasta el punto en el que honestamente me pregunté si los ojos no se descomponen o se secan o se te llegan a salir.

Lloré hasta que me dolió la cabeza, hasta que tuve que voltear la almohada para no empaparme la cara y hasta que me quedé dormida, exhausta. Volví a llorar cuando con mucho trabajo había logrado abrir los ojos hinchados y tuve la certeza de no verte ya jamás despertar junto a mí. Lloré en la regadera como para refrescarme el llanto y como no logré parar ni para maquillarme, descubrí que ni el mejor rímel contra agua funciona cuando una se ha empeñado tanto en llorar. Y qué bueno… con el trabajo que cuesta.

Hay que tener mucha habilidad para llorar y manejar un auto, por ejemplo; para caminar en tacones por un empedrado cuando alcanzas a ver apenas la mitad del camino con los ojos inundados. Se requiere práctica para escoger verduras, picarlas sin cercenarte un dedo y cocinarlas evitando que al caer las lágrimas sobre el sartén, brinquen demasiado para que no te quemes. Rebané muchas cebollas para confundirme el cerebro y pensar que lloraba por algo más que por tí. Lloré demasiado. Lloré como nunca antes (como espero que nunca después) porque era imposible hacer algo más; sin saber a bien el momento en el que había empezado, si iba a poder terminar algún día o si patéticamente me iba a morir una noche que broncoaspirara todas mis lágrimas y literalmente me ahogara en mi tristeza.

No es que antes no hubiera sufrido por amor, pero con toda verdad, tanto llorar me era desconocido. Estoy tentada a pensar que quizá solito mi cuerpo decidió llorar así para agotar todas las posibilidades, momentos y lugares de hacerlo por tí; para quitarle la novedad, volverlo trivial y cotidiano. Para dejar de sufrir y, eventualmente, para ya no poder volverte a llorar jamás. Tengo que creerlo así porque de otro modo sólo hay cabida a que sea cierta la desolación, el tropiezo constante con la felicidad que no voy a tener y tu recuerdo. Y así no se puede vivir.

01 February 2011

LLAMADO POR LOS MALOS POETAS

Se necesitan malos poetas.
Buenas personas, pero poetas
malos. Dos, cien, mil malos poetas
se necesitan más para que estallen
las diez mil flores del poema.

Que en ellos viva la poesía,
la innecesaria, la fútil, la sutil
poesía imprescindible. O la in-
versa: la poesía necesaria,
la prescindible para vivir.

Que florezcan diez malos en el pantano
y en la barranca un Ele, un Juan,
un Gelman como elefante entero de cristal roto,
o un Rojas roto, mendigando
a la Reina de España.

(Ahora España
ha vuelto a ser un reino y tiene Reina,
y Rey del reino. España es un tablero
de alfiles politizados y peones
recién comidos: a la derecha, negros, paralizados, fuera del juego).

Y aquí hay torres de goma, alfiles
politizados y damas policiales
vigilando la casa.

A la caza del hombre,
por hambre, corren todos, saltan
de la cuadrícula y son comidos.

Todo eso abunda: faltan los poetas,
los mil, los diez mil malos, cada uno
armado con su libro de mierda. Faltan,
sus ensayitos y sus novela en preparación.
Ah.. y los curricola,
y sus diez mil applys nos faltan.

No es la muerte del hombre, es una gran ausencia
humana de malos poetas. Que florezcan
cien millones de tentativas abortadas,
relecturas, incordios,
folios de cartulina, ilustraciones
de gente amiga, cenas
con gente amiga, exégesis, escolios,
tiempo perdido como todo.

Se necesitan poetas gay, poetas
lesbianas, poetas
consagrados a la cuestión del género,
poetas que canten al hambre, al hombre,
al nombre de su barrio, al arte y a la industria,
a la estabilidad de las instituciones,
a la mancha de ozono, al agujero
de la revolución, al tajo agrio
de las mujeres, al latido
inaudible del pentium y a la guerra
entendida como continuidad de la política,
del comercio,
del ocio de escribir.

Se necesitan Betos, Titos, Carlos
que escriban poemas. Alejandras y Marthas
que escriban. Nombres para poetas,
anagramas, seudónimos y contraseñas
para el chat room del verso se necesitan.

Una poesía aquí del cirujeo en la veredas.
Una poesía aquí de la mendicidad en las instituciones.
Una poesía de los salones de lectura de versos.

Una poesía por las calles (venid a ver
los versos por las calles...)

Una poesía cosmopolita (subid a ver
los versos por la web...).

Una poesía del amor aggiornado (bajad a ver
poesía en el pesebre del amor...)

Una poesía explosiva: etarra, ética,
poéticamente equivocada.

En los papeles, en los canales
culturales de cable, en las pantallas
y en los monitores, en las antologías y en revistas
y en libros y en emisiones clandestinas
de frecuencia modulada se buscan
poetas y más malos poetas:
grandes poetas celebrados pequeños,
poetas notorios, plumas iluminadas,
hombres nimios, miméticos,
deteriorados por el alcohol,
descerebrados por la droga,
hipnotizados por el sexo
idiotizados por el rock,
odiados, amados por la gente aquí.

En las habitaciones se buscan.
En un bar, en los flippers,
en los minutos de descanso de la oficina,
entre dos clases de gramática,
en clase media, en barrios
vigilados se buscan.

¿Habrá en la tropa?
¿En los balnearios, en los baños
públicos que han comenzado a construir?
¿En los certámenes de versos?
¿En los torneos de minifútbol?
¿Bajo el sol quieto?
¿A solas con su lengua?
¿A solas con una idea repetitiva?
¿Con gente?
¿Sin amor?

No es el fin de la historia, es
el comienzo de la histeria lingual.

Todo comienza y nace de una necesidad fraguada en la lengua.
Falsifiquemos el deseo:
Te necesito nene.
Para empezar te necesito.
Para necesitar, te pido
ese minuto de poesía que necesito, necio:
quisiera ver si me devuelves el ritmo de un mal poema,
que me acarices con sus ripios,
que me turbes la mente con otra idea banal,
y que me bañes todo con la trivialidad del medio.

Y en medio del camino, en el comienzo
de la comedia terrenal, quiero vivir
la necedad y la necesidad
de un sentimiento falso.

Se necesitan nuevos sentimientos,
nuevos pensamientos imbéciles, nuevas
propuestas para el cambio, causas
para temer, para tener,
aquí en el sur.

Y arriba España es un panal
de hormigas orientales:
rumanas, tunecinos,
suecas a la sombra de un Rey.

Riámonos del Rey.
De su fealdad.
De su fatalidad.
De Su Graciosa Realidad.
La realidad es un ensueño compartido.
La realidad de España
es su filosa lengua pronunciando la eñe
y su mojada espada pronunciando el orden
del capital y la sintaxis.

¡Ay, lengua:
aparta de mí este cuerno de la prosperidad clavado en tu ingle,
suturada de chips, y cubre
nuestras heridas con el bálsamo de los malos poemas...!

- Rodolfo Fogwill

17 January 2011

He dejado de hacer reseñas de los libros que leo y de las películas que voy viendo; creo que a nadie importa demasiado, que es pretencioso, que no es un logro y que no tendría que obtenerse reconocimiento o crédito por ello. Que hay modos de registro mucho más personales y entrañables. Que ya se descubrirá o presentirá cómo o con quién hablar de esos libros y películas y que la necesidad comunicativa se puede expresar de otro modo.

Además cuanto más voy leyendo, más cuenta me doy de la poca confianza que le tengo a la gente que habla de los libros que ha leído y de la poca confianza que le tengo a esos mismos libros de los que se habla a veces.

Pocos o nadie leerán esto y eso está bien. No cambia nada de lo que busco

Es más. No me lean.

07 December 2010

Nunca te dije lo mucho que todos los hombres que no eran tú me elogiaron los besos.

Nunca les dije a ellos que creí que sólo les transmitía el anhelo fortísimo y la nostalgia de ti. Que jamás pensé que de verdad besara bien; sino que era un simple traspaso.

No había querido poner por escrito ni había querido decirme a mi misma que sí, que a cada uno de esos que no eran tú, los besé deseando que no fueran ellos, engañada.

Creyendo que eras tú.

13 November 2010

"Y la prisa venía porque tenía conciencia de que lo que no oyera ahora ya no lo iba a oír; no iba a haber una repetición, como cuando uno oye una cinta o ve un vídeo y puede retroceder, sino que cada susurro no aprehendido ni comprendido se perderá para siempre jamás. es lo malo que tiene cuanto nos sucede y no es registrado, o aún peor, ni siquiera sabido ni visto ni oído, porque luego no hay forma de recuperarlo. el día que no estuvimos juntos ya no habremos estado juntos, o lo que se nos iba a decir por teléfono cuando nos llamaron y no respondimos, nunca será dicho, no lo mismo ni con el mismo espíritu; y todo será levemente distinto por nuestra falta de atrevimiento que nos disuadió de hablaros. Pero incluso si aquel día estuvimos juntos, o estábamos en casa cuando nos telefonearon, o nos atrevimos a hablaros venciendo el temor y olvidando el riesgo, aún así nada de ello se volverá a repetir, y por consiguiente llegará un momento en el que haber estado juntos será como no haber estado y haber descolgado el teléfono será como no haberlo hecho, y habernos atrevido a hablaros como haber callado. Hasta las cosas más imborrables tienen una duración; cómo las que no dejan huella o ni siquiera suceden, y si estamos prevenidos y las anotamos o las grabamos o las filmamos, y nos llenamos de recordatorios e incluso tratamos de sustituir lo ocurrido por la mera constancia y registro y archivo de que ocurrió, de modo que lo que en verdad ocurra desde el principio sea nuestra anotación o nuestra grabación o nuestra filmación, sólo eso; aun en ese perfeccionamiento infinito de la repetición habremos perdido el tiempo en el que las cosas acontecieron de veras (aunque sea el tiempo de la anotación); y, mientras tratamos de revivirlo o reproducirlo o hacerlo volver e impedir que sea pasado, otro tiempo distinto estará aconteciendo y en ese, sin duda, no estaremos juntos ni cogeremos ningún teléfono ni nos atreveremos a nada ni podremos evitar ningún crimen ni ninguna muerte (aunque tampoco lo cometeremos ni la causaremos) porque lo estaremos dejando pasar de lado como si no fuera nuestro en nuestro intento enfermizo de que no termine y regrese lo que ya pasó. Así, lo que vemos y oímos acaba por asemejarse y aún igualarse con lo que no vimos ni oímos, es sólo cuestión de tiempo, o de que desaparezcamos. Y a pesar de todo, no podremos dejar de encaminar nuestras vidas hacia el oír y el ver y el presenciar y el saber con el convencimiento de que esas vidas nuestras dependen de estar juntos un día o responder una llamada, o de atrevernos, o de cometer un crimen o causar una muerte y saber que fue así.
A veces tengo la sensación de que nada de lo que sucede sucede, porque nada sucede sin interrupción, nada perdura ni persevera ni se recuerda incesantemente, y hasta la más monótona y rutinaria de las existencias se va anulando y negando a sí misma en su aparente repetición hasta que nada es nada ni nadie es nadie que fueran antes, y la débil rueda del mundo es empujada por desmemoriados que oyen y ven y saben lo que no se dice ni tiene lugar ni es cognoscible ni comprobable. Lo que se da es idéntico de lo que no se da, lo que descontamos o dejamos pasar idéntico a lo que tomamos o asimos, lo que experimentamos idéntico a lo que no probamos, y sin embargo nos va la vida en escoger y rechazar y seleccionar, en trazar una línea que separe estas cosas que son idénticas y haga de nuestra historia una historia única que recordemos y pueda contarse. Volcamos toda nuestra inteligencia y nuestros sentidos y nuestro afán en la tarea de discernir lo que será nivelado, o ya lo está y por eso estamos llenos de arrepentimientos y de ocasiones perdidas, de confirmaciones y reafirmaciones y ocasiones aprovechadas, cuando lo cierto es que nada se afirma y se va perdiendo. O acaso es que nunca hubo nada."

- Javier Marías

12 October 2010

A CLOUD

One evening in the blue month of September
we lay at peace beneath an apple bough;
I took her in my arms, my gentle lover,
and held her closely like a dream come true -
while far up in the tranquil summer heaven
there was a cloud, I saw it high and clear.
It was so white and so immense above us
and, as I watched, it was no longer there.

Since then so very many different evenings
have drifted blindly past in the general flow.
Perhaps the apple orchard has been flattened;
and if you ask me where the girl is now
I have to admit I really don't remember.
I can imagine what you're going to say
but even her face I truly can't recapture;
I only know I kissed it there that day.

Even the kiss I would have long forgotten
if that one cloud had not been up there too -
I see it and will always see it plainly,
so white and unexpected in the blue.
Perhaps the apple boughs are back in blossom,
maybe she holds a fourth child in her knees;
The cloud, though, hung there for a moment only
and, as I watched, it broke up in the breeze.

- Bertolt Brecht

13 September 2010

New Orleans

Me gustan las ciudades viejas. Pero también me gusta la música vieja, la ropa vieja, la pintura vieja, las viejas ilustraciones, los libros con olor y textura avejentados, las mezclas de cosas que se dejan cocinar por unos cuantos cientos de años, y una vez me dijeron "Tu eres un alma muy vieja". Supongo que se capta la idea. Supongo que no tengo que explicar las razones por las que New Orleans me gustó mucho más que Houston.

12 September 2010

Houston

Es cierto que los viajes nos enriquecen. Aún más cierto es que decirlo parece para muchos ridículo y pretencioso; no para mí, quizá porque soy suficientemente ridícula, no me importa nada. Y aún convencida de ello, se me ocurrió que a lo mejor los viajes son innecesarios, que sólo sirven para echar de menos tantas cosas, sentirse sólo y perdido y extrañar a todos de rebote, incluyendo en el camino hasta al taquero de la esquina. Para exacerbarse como poblador de una morusa del planeta que no interesa a nadie; que la amplitud de los horizontes y el redimensionamiento de la vida cotidiana son cosas que sólo tienen cabida en la mente del que viaja y nadie más.

¿Para qué viajar entonces?

Porque al final, sentirse parte de un lugar, y entenderlo y quererlo es lo que hace que lo extrañemos, porque somos personas y necesitamos saber que si no estamos alguien nos extrañará, que si volvemos a alguien le dará gusto. Tan simple como que una de las mejores sensaciones en la vida es que alguien te reciba con una sonrisa y te pregunte cómo estuvo todo, si la pasaste bien, y que sea totalmente evidente en su cara que se alegra de tenerte de regreso. Porque no se puede no ser de ningún lado. Porque no se ancla el corazón en los lugares, sino en las personas. Y porque la comida mexicana se extraña demasiado, chingao.

Quizá lo realmente innecesario es hacer crónicas de viaje.

Pero tampoco me importa mucho.
Aquí va la mía en imágenes.


03 August 2010

Guanajuato (más)

Guanajuato es MÍO y puedo darme el lujo de ya sólo registrarlo en encuadres cerrados.

Eso diría si fuera yo muy artista, la verdad es que sí voy mucho a Guanajuato y a la fecha me sigue pareciendo altamente bonito.


02 August 2010

Eureka

Voy a explicar por qué está todo ancestralmente mal. Es porque los prehispánicos pensaban así:

Masculino ---------- Femenino
  • hoguera agua
  • luz oscuridad
  • vida muerte
  • fuerza debilidad
  • águila jaguar
  • gloria sexualidad
  • arriba abajo
  • consunción inflamación
  • irritación dolor agudo
  • perfume fetidez

Ahora, esto no justifica nada, solo explica que los hombres son ancestralmente unos idiotas.

De nada.

20 July 2010

BAAXAL TUUCH'BIL JU'UN
K'aasaje
báaxal tuuch'bil ju'un ku xik'nal.
Teech choolik junjunp'iti,
kíimak a uol tu xik'nal.
Ken jach kanchake
ku téep'el u súumil a k'ajlaye
ka kutal a chant u payk'abtal tumén náachil.


PAPALOTE
El recuerdo
es un papalote.
Poco a poco le sueltas,
disfrutas su vuelo.
En lo más alto
se rompe el hilo de tu memoria
y te sientas a presenciar cómo lo posee la distancia.


- Briceida Cuevas Cob, maya