02 February 2009

La fiesta brava

Cuando alguna de mis hermanas o primas o yo cumplíamos quince años, mi abuelito, que siempre ha sido hombre de pocas y recias palabras, hacía cara de "es la hora" y nos enseñaba a bailar pasodobles. Yo jamás pude más que enredarme con mis propias piernas y me gané una cara de "No, tu no tienes remedio" y me daba cosa que desde ese momento mi abuelito me descartara como su nieta, porque bueno, yo si lo quiero mucho y al final nunca entendí a bien la onda de tomarse tan en serio el baile y lo español.

Yo nunca había ido a los toros, hasta ayer, y guau, ahora soy fanssssss, es el evento multitudinario que más me ha gustado; lo prefiero mil veces a ir a la Lucha libre o al fútbol o a los partidos de basquet de los Lechugueros (si, ya fui a todos esos, es que soy taaan cultural) y es que las corridas de toros son lo más romántico. No romántico de suspiros y corazoncitos, sino romántico de añoranza, de nostalgia, de atmósfera; para empezar porque hay una banda en vivo tocando pasodobles, y entonces es como estar dentro de una película con música de background. Cambia todo el ambiente cuando tocan los pasodobles, hasta el torero se para diferente y todo. De hecho creo que es lo que más me gustó: la música y la atmósfera, porque sí no está tan chido que maten a los toros, pero ps si no hubiera toros no podía haber corridas ni atmósfera de corrida creada por la banda de pasodobles (que ahora tocan también a José Alfredo Jimenez, versión pasodoble).

Además luego los toreros están guapos y nalgones y con esas mallitas pegadas. Digo, llaman mucho la atención... no es que me interesen las nalgas de los weyes, para nada. Pero los toreros son como las vedettes, con ropa brillante y todo un ritual de pasos, con los trajes de luces y medias de seda rositas y sombreros que nadie más se pone y coletitas postizas y todo.
Y es chido incluso que venden mucha cerveza y que la gente toma vino en botas y avientan los sombreros y gritan cosas bien graciosas.

La verdad que está increíble, así que detractores de la tauromaquia y defensores de los animalitos, you can all kiss my ass.






El Juli y sus grandes nalgas


Aquí ya se llevan al toro muerto, y lo arrastran unos caballotes por todo el ruedo. Bien bonito.


Después de los toros fuimos a comer/cenar a Applebees, y yo comí fetuccini y vimos el Superbowl y tomamos micheladas y comimos papas con salsa maga. Todo tan españolamente tradicional...

2 comments:

Rodrigo said...

Pasé nada más para decirte que la próxima vez que estés en un parque perdiendo el tiempo, recibirás una llamada del DF...

FilthDirt said...

ChanChanChaaaaaán!
Supongo que entonces tendré que ir a parques a perder tiempo que no tengo...

Oh, soy una mujer taaan ocupada.