04 May 2008

Oquedad

Evidentemente no tengo tiempo ahora para narrar pasajes de mi fantástica y divertidísima vida, así que postearé viejos textos que me he ido encontrando por ahí. Enjoy.



Finalmente pudo sentarse, pero lo hizo en la orilla del sillón; como hace quien se acerca a contar un secreto o se prepara para irse, aunque ahora no había secretos ni partidas. Ni personas. Ni sillón.

Se le había perdido todo hacía ya tanto tiempo que no lo había notado siquiera, y vagaba entonces como un untable gruyère humano, con la necesidad urgente de no hacer nada, de olvidar lo que había aprendido, de no precisar de nadie.

Tomó un pan tostado y untó un poco de sí misma. Se ofreció como bocadillo al centro de la mesa ocupada por vacantes; luego le dio tristeza ver al pobre bocadillo tan solito y se lo comió. Cuando notó el salón vacío, se levantó y se fue a casa, como cualquier persona normal. Al fin que ya se había sentado en la orilla del sillón.





No comments: