Acá se dice que el mejor lugar turístico de León es Guanajuato (meaning Guanajuato la ciudad capital, obvio, no el estado), y bueno, es cierto, porque León está bien pinche feo, con sus avenidas que se inundan al menor indicio de llovizna y miles de baches y millonesmillonesmillones de topes, su gente mocha y/o doblemoralista y demás maravillas en las que no puedo ahondar ahora porque no me cabría el post en los dedos pero lo lindo es que uno puede irse a Guanajuato cuando quiera, que al cabo está como a media hora y comprar cigarros sueltos en el Jardin de la Unión y ver a los montones de extranjeros hippilondios que se sienten soñados en ciudades tan tradiciounales donde hasta los mimos callejeros prácticamente les besan las patas turísticamente enchancladas y mugrientas. O ¿porqué no? ir a la iglesia, colarse a la sacristía, recibir unas bendiciones extrañas que cuando menos me aseguran que no tengo el diablo adentro, (chaz, y yo que pensaba que sí, demonios) dejar que te embarren aceite en la cara en contra de todos tus principios astringentes y antibacteriales, y totalmente también en contra del impulso primitivo que dicta que eso es chistoso y pues que hay que reírse. Y tomar unas cuantas fotos del traspatio divino.



Paso de gato de las bambalinas de Dios


Nota del autor: me gusta decir "de Dios", so what?
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