Nota del autor: Los nombres de ciudades pueden o no sustituir otros nombres.
Guanajuato y Zacatecas se parecen muchísimo. Viejas ciudades coloniales, mineras, asentadas entre cerros las dos. Creo, inclusive, que fueron fundadas en el mismo año, con el mismo protocolo y título.
Las ciudades, los lugares, tienen que ver siempre con las personas que hay ahí; (a quienes se conoce apenas, a quienes se visita) pero recién se me ocurrió que quizá sean las ciudades también personas en sí mismas. Tienen modos de recibir y carácter diferentes, se alimentan, crecen, huelen, te hacen sentir distinto cuando las dejas y te vuelves a casa, ordenan las cosas cada una según sus propios criterios. Si las pierdes de vista por un tiempo, cuando las encuentras de nuevo han cambiado y has cambiado, pero sigue todo en esencia siendo lo mismo. Como con la gente.
Siendo así, Guanajuato es mi guapo amigo fiestero y cercano, del que te enamoraste en secreto tantas veces, al que adoras pero no puedes ver cada finde porque se haría horrible todo. Y Zacatecas debe ser el exnovio que besa tan bien que no importa nada más. El de los recuerdos entrañables por viejos, y la relación atormentada de la que eventualmente te permites un revolcón de esos de toda la madrugada, con todo y mañanero.
Y bueno, fuí a Zacatecas éste finde.
2 comments:
Me encantó lo de conectar las ciudades, no con gente, sino con relaciones. ¿Tu ciudad actual es tu romance presente? Entonces le metés los cuernos con tu viejo amor... o con tu revolcón de vez en cuando? (inmoral y todo, me encanta el concepto). Amé la metáfora... amé a un par de ciudades... a unas sinceramente. A otras solo por el fin de semana. Amé tu post.
Mi ciudad actual debe ser mi relación conmigo misma, o mi lejanía con las otras ciudades, o mis romances cotidianos... no sé, soy tan misteriosa, jajaja.
Amé tu comment.
Amé tu bigote.
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