Nunca te dije lo mucho que todos los hombres que no eran tú me elogiaron los besos.
Nunca les dije a ellos que creí que sólo les transmitía el anhelo fortísimo y la nostalgia de ti. Que jamás pensé que de verdad besara bien; sino que era un simple traspaso.
No había querido poner por escrito ni había querido decirme a mi misma que sí, que a cada uno de esos que no eran tú, los besé deseando que no fueran ellos, engañada.
Creyendo que eras tú.